Vivimos en una sociedad donde la información ha dejado de ser un recurso interesante y se ha convertido en uno de los principales activos con los que operar.
La tecnología, a medida que avanza, está permitiendo almacenar cada vez más y más información, difundirla con mayor facilidad y explotarla a su vez con mayor rapidez.
¿Cómo están afectando estos cambios a nuestra forma de trabajar, y cómo deberíamos reaccionar ante dichos cambios?
Hace tan sólo unas décadas, cuando una compañía quería analizar sus ventas encargaba a nivel interno un trabajo de recopilación y presentación. Varias personas podían dedicar días enteros a recabar datos, centralizarlos, consolidarlos y resumirlos en gráficos. Era tal el esfuerzo que muchas grandes compañías sólo podían hacerlo de manera anual, y muchas pymes directamente ni se molestaban en pensarlo.
Hoy, en cambio, es relativamente fácil disponer de toda esa información de una forma automatizada (a través de un informe preparado que recopile datos del sistema de gestión), enriquecida (comparando los datos con objetivos o con los mismos resultados del período anterior) y de una manera mucho más cómoda (a través del smartphone o de un tablet).
Lo curioso es que, a medida que se extiende el uso de estas soluciones en el tejido empresarial, dejan de ser un lujo y comienzan a ser una necesidad. Desde el momento en el que tus competidores analizan datos y toman decisiones con mayor frecuencia, aumentan su ritmo de trabajo, se vuelven más ágiles y con más reflejos. Unas habilidades que pueden ser claves para el éxito profesional.
Esta realidad está presentando verdaderos retos al directivo medio, tanto en su forma de trabajo como en sus competencias. Hoy más que nunca, cualquier directivo o mando intermedio necesita:
- Habilidades para extraer información de forma visual, detectando de forma rápida las tendencias, los valores extraordinarios a destacar o despreciar, etc. Es decir, construir conocimiento a partir de la información obtenida.
- Tomar decisiones apoyadas en grandes volúmenes de datos agregados (pero sin dejar de lado la intuición y el instinto profesional).
- Conocimientos elementales (pero sólidos) de estadística, para poder analizar y estudiar un gran volumen de datos, y al mismo tiempo poder requerir los mismos.
- Conocimientos tecnológicos básicos, para ser capaz de demandar y explotar soluciones tecnológicas que le permitan trabajar con información y poder exponerla a otras personas (dentro o fuera de la organización).
Hace ya un tiempo comentamos un ejemplo de cómo la tecnología puede ser una mala herramienta para extraer decisiones, si no se usa adecuadamente. Hoy, en cambio, quisiera poner dos ejemplos concretos de cómo la tecnología puede resultar útil para procesar y mostrar datos de una manera efectiva.
El primer ejemplo es un extracto de un documental de la BBC, en el que se presenta la evolución de la población mundial de 200 países a lo largo de los últimos 200 años, en tan sólo 4 minutos.
Más allá de la espectacularidad visual (hay que recordar que es un vídeo orientado evidentemente al mercado televisivo), lo importante del vídeo anterior es observar cómo resulta mucho más fácil e intuitivo ver la información a través de un gráfico que evoluciona dinámicamente. Comparado con observar una tabla llena de cifras, adquirimos los puntos clave de la información de una forma mucho más agradable y rápida.
Un segundo ejemplo de cómo cada vez es más relevante analizar la información para posteriormente tomar decisiones es la ponencia impartida por Gemma Muñoz acerca de Analítica Web durante el EBE12. Aunque puede que no tengamos un interés directo sobre la Analítica Web, recomiendo atender a esta ponencia por lo bien que ilustra este nuevo paradigma de trabajo: recabar datos, analizar la información que se produce con la acumulación de esos datos, generar conocimiento a partir de dicha información y, lo más importante, tomar decisiones a partir de dicho conocimiento.
Si el vídeo te resulta muy largo, te indico un extracto que ilustra perfectamente este concepto: desde el instante 37:30 hasta el instante 42:30. No importa si no entiendes mucho a nivel técnico lo que está explicando la ponente, fíjate en cómo usa los datos y para qué. Estos 5 minutos de vídeo te muestran un ejemplo brillante de explotación de información, y una reflexión de para qué deberíamos aplicarlo.
La tecnología, en lo que respecta a la información y su tratamiento, está cambiando mucho la forma de analizar nuestra realidad y tomar decisiones sobre ella. Pero no es únicamente una cuestión de frivolidad estética. Es una herramienta cada vez más importante, y que requiere una habilidad que empieza a marcar diferencias entre organizaciones y profesionales. Conviene entrenarla.
Imagen bajo licencia Creative Commons. Fuente de la imagen: scott_oakley