Resulta frecuente oír a personas que han sobrevivido a situaciones extremas relatando cómo sacaron fuerzas de donde no creían que habría. Y es que tenemos en realidad una capacidad mayor de la que creemos.
Este post-reflexión viene a partir del artículo leído sobre Meredith Fitzmaurice. Meredith estaba corriendo una media maratón, cuando se equivocó de desvío y continúo con parte del grupo que estaba haciendo una maratón completa.
En realidad, no fue una decisión consciente, sino un despiste. Probablemente, si lo hubiera razonado, Meredith habría pensado que a lo mejor no merecía el esfuerzo, que no estaba suficientemente preparada para hacer el recorrido entero o que resultaría más prudente limitarse a una distancia más corta.
A medida que Meredith iba avanzando, fue cuando se percató de que debía haber un error. Con el tiempo que llevaba corriendo y su ritmo de carrera, ya debería haber terminado.
Tal vez otro tipo de persona se hubiera detenido, pensando que no merecía la pena. Que este cambio de planes era en realidad un error fatal. Había perdido la oportunidad de ganar la media maratón o registrar un tiempo aceptable para la misma.
Sin embargo, Meredith mantuvo su velocidad de carrera.
Enfocó este cambio como una oportunidad. Era la ocasión de continuar y medir hasta cuándo podría llegar. Además, ya tenía previsto participar en la maratón de Detroit, y este ejercicio serviría como un entrenamiento para ello. Por lo tanto, la conclusión era fácil: Meredith tenía un objetivo en mente, tenía motivos para conseguirlo y tenía ganas de llevarlo a cabo.
La carrera no fue fácil. Jamás había corrido una distancia tan larga. No se había preparado para ello. Pero Meredith continuó, sin mayor presión que el deseo de cumplir con su propio objetivo.
Meredith finalizó la carrera antes que ninguna otra corredora, y en las primeras posiciones de todos los participantes.
¿Cuál fue su secreto para llegar al final? No dejaba de repetirse a sí misma ‘tú puedes hacerlo, sólo hazlo‘.
Pero no quisiera finalizar esta reflexión sin un breve toque de ‘equilibrio‘. La voluntad de conseguir que las cosas sucedan no es suficiente. No se trata de simplemente pensar en positivo para cumplir lo que deseas (a pesar de lo que pueda defender Rhonda Byrne en El Secreto). Sin embargo, a pesar de que no sea condición suficiente, sí resulta imprescindible una actitud positiva y centrada en el esfuerzo para lograr tus metas. Ningún triunfador ha conseguido sus éxitos sin una predisposición sincera y abierta a luchar por lo que realmente desea.
Imagen bajo licencia Creative Commons. Fuente de la imagen: drwhimsy