El pasado mes de septiembre me embarqué en la tarea de ser el Director de Operaciones y de Planificación Estratégica de Grupo Valora, un grupo de empresas que basa su oferta de servicios en tres ejes estratégicos: transporte urgente, soluciones logísticas integrales y gestión y custodia de informacion.
Han sido 6 meses de mucho y variado trabajo, asumiendo interesantes retos y trabajando con un conjunto de profesionales de ámbitos muy diferentes entre sí.
El pasado mes de febrero, un nuevo cambio llegó a mi vida profesional, al asumir el puesto de CEO de una de las empresas del Grupo Valora: EID Seguridad de Contenidos.
Con más de 20 años de historia, esa compañía ha tenido una historia llena de vicisitudes, y se enfrenta ahora a una nueva etapa con varios desafíos a ser gestionados:
- desarrollar la estrategia de la compañía: ¿diversificar el negocio o acotarlo, centrándose en las tecnologías más rentables?
- transformar la cultura corporativa: adecuándolo al nuevo entorno, a las necesidades del mercado y a un nuevo estilo directivo
- mejorar la estructura y la organización: simplificando procesos, optimizando recursos y mejorando su gestión interna
- mejorar la comunicación externa (cómo nos mostramos al entorno) y la comunicación interna (cómo nos relacionamos entre nosotros)
Se trata, sin duda, de un trabajo exigente pero apasionante. Hasta ahora, siempre he priorizado el potencial de aprendizaje («qué puedo aprender«) a otros muchos factores… y en esa línea esta oportunidad me parecía extremadamente interesante.
Porque el verdadero reto aquí no es de negocio, sino de personas. Colaborar en lugar de dictar. Estructurar expectativas y alinearlas hacia un objetivo común, potenciando el trabajo en equipo. Y, en la medida que se pueda, disfrutar del camino a medida que se recorre.