Este año 2010 comienza de la mejor forma posible: con un buen ‘Arranque’.
Ha sido un proyecto de varios meses de análisis, reuniones, pruebas, entregables de prototipos, revisiones, sesiones de formación, migración de datos,…
En estas últimas semanas hemos estado trabajando con bastante intensidad, dedicándole una cantidad importante de horas para conseguir asegurar los requisitos mínimos necesarios para asegurar el éxito.
Apenas han pasado 24 horas y la empresa cliente se encuentra en completa normalidad. A medida que se realizan transacciones las posibles dudas que existían al principio han sido resueltas, la ansiedad por el cambio neutralizada, las consultas atendidas in situ (tenemos dos personas realizando soporte presencial), los mínimos ajustes requeridos implementados sobre la marcha,…
Aunque un Arranque supone una amplia dedicación y un claro desgaste personal, todo ese esfuerzo termina compensando cuando observas la satisfacción mostrada por la gerencia de la empresa cliente.
A través de esfuerzo conseguimos minimizar la curva de adaptación al mínimo, disminuyendo los tiempos necesarios para adecuar todos los procesos al nuevo sistema. Se trata de cambiar toda la capa de herramientas que dan soporte a los procesos críticos, sin que se desmorone el castillo de naipes. Es algo que requiere atención y pericia.
Desde la perspectiva de este cliente, el cambio es brutal. Pasar de una aplicación en modo texto, con escasa capacidad de reporting, dificultades en la gestión de transacciones, problemas en la validez y coherencia de datos,… a un sistema ERP, multi-transacción, con reporting amplio e interconectado, capacidad de navegación, mayor solidez de datos,… Se trata de un cambio de concepto, de infraestructura, y en algunos aspectos, de filosofía de trabajo.
Proyectos como este te hacen recordar que, en el fondo, estamos aportando herramientas tecnológicas para potenciar el rendimiento de otras empresas, de tus clientes. Aportas solución.
¡Para un consultor, no hay mejor forma de comenzar un año!