¿Te alimentas mentalmente? ¿De forma correcta?
Sí, lo sé… Es una pregunta extraña, muy poco usual. Sin embargo, si te paras a pensar, puede tener un gran significado.
En cambio, si la pregunta es acerca de la alimentación física (a la que todos estamos acostumbrados), se convierte en algo tan evidente que llega a ser una cuestión absurda.
Algunas premisas sobre nutrición que generalmente sabemos todos:
- – Sin alimento, ningún organismo puede desarrollarse correctamente, ya que básicamente es el medio principal por el que obtener energía.
- – No todo sirve como alimento.
- – Una mala alimentación produce desórdenes muy variados. Es necesario nutrirse adecuadamente.
- – Una mala alimentación puede estar generada por una elección inadecuada de alimentos, por malos hábitos de alimentación o por consumir nutrientes de mala calidad.
- – Ingerir alimentos en mal estado son sumamente nocivos para la salud del organismo.
- – Una alimentación correcta es fundamental de cara a prevenir problemas de salud y a tener un rendimiento adecuado.
Ahora bien, vamos a considerar no únicamente los nutrientes de tu cuerpo, sino también los de tu mente. Es decir, vamos a pensar en el origen de tus pensamientos diarios: tu alimentación intelectual.
¿Lees artículos o posts de temas que te gustan? ¿Vigilas tus pensamientos de la misma forma que cuidas lo que comes? ¿Mantienes la formación continua en tu trabajo? ¿Ves películas que te inspiran? ¿Asistes a eventos profesionales que te motiven? ¿Te rodeas de personas que te promueven un pensamiento constructivo? ¿Te has parado a pensar la cantidad de imágenes y situaciones crueles con las que te alimentas cuando ves cualquier cosa en televisión? ¿Has observado lo deprimente y poco relevante que supone ver todos los días un telediario cargado de noticias dramáticas, y que paradójicamente suelen tener poco efecto en tu vida cotidiana?
Por todo ello, podemos extrapolar algunas consideraciones, en analogía a los puntos anteriores:
- – La mente, al igual que el cuerpo, requiere alimentarse para desarrollarse correctamente.
- – No todo sirve como alimento intelectual.
- – Una mala alimentación mental produce desórdenes muy variados. Es conveniente alimentarse con pensamientos constructivos, orientados a la acción y sanos.
- – Una mala alimentación mental puede estar generada por una elección inadecuada de alimentos, por malos hábitos de alimentación o por consumir nutrientes de mala calidad. (No puedo evitar pensar aquí en la telebasura, en los programas de salsa rosa y en muchos reality shows).
- – Una alimentación mental correcta es fundamental, de cara a desarrollar un estilo de vida productivo y sano.
Recuerda: es extremadamente difícil conseguir resultados de éxito basándose en pensamientos mediocres.
Ahora, déjame repetir la pregunta… ¿Te alimentas mentalmente? ¿De forma correcta?