¿Qué tal estás? Quisiera comenzar este texto preguntándote cómo te encuentras y deseándote un feliz Año Nuevo 🙂
Por mi parte, las últimas semanas han sido especialmente intensas. Por un lado, un virus me tuvo prácticamente en cama durante una semana, lo que me obligó a dejar muchos temas de lado hasta recuperarme. Por otro lado, este cambio de año está coincidiendo con una serie de proyectos personales y profesionales que terminan, y otros que comienzan… Algunos de los destinatarios de esta lista conocen más detalles que otros, a medida que he ido hablando con varias personas. ¡Pero muy pronto se irá materializando todo!
Y justo sobre esto es donde quisiera animarte a plantearte objetivos personales para este año que comienza. Se trata de una oportunidad de hacer reflexión, revisar de una forma sana dónde nos encontramos y plantearnos qué rumbo deseamos seguir.
Hay personas que prefieren hacer una declaración pública de esos objetivos, como el caso de David Bonilla. Otras personas prefieren mantenerlos a un nivel privado. Puedes elegir cualquiera de las dos opciones. Depende de ti.
Pero sí te recomiendo que te plantees objetivos. De aquellos que resulten inspiradores, alcanzables y medibles. Que te ayuden a ser mejor persona y mejor profesional. A tu criterio.
Y estos objetivos tenlos por escrito, bien visibles en algún lugar accesible de tu casa o tu lugar de trabajo. Mi vida tuvo un cambio radical desde el momento en el que comencé a marcarme objetivos personales, y es algo que recomiendo a todo el mundo.
¿Y por qué motivo? Porque de manera consciente e inconsciente, al definir objetivos sueles establecer un ‘cómo’ y un ‘para qué’.
Como dijo Napoleon Hill, «te conviertes en el resultado de tus pensamientos«.
Si lo deseas, puedes inscribirte en este enlace.