5. Prioriza cuidarte
Si vas a estar tantas horas haciendo ejercicio en la montaña, es imprescindible tener en cuenta algunos factores importantes para asegurar que resistes.
Nuestro grupo lleva ropa de abrigo. Incluso cuando hay suficiente sol solemos llevar un forro polar (cortavientos) en la mochila. También llevamos protecciones (caderas+coxis, rodilleras y muñequeras, para las caídas), protector solar, y barritas energéticas para cuando nos falte la glucosa.
El objetivo de cuidarnos de esa forma es asegurarnos de que disfrutaremos lo máximo posible durante esa semana.
No se trata, por tanto, de una reacción derivada del miedo o la falta de confianza, sino de la consecuencia de pensar a largo plazo.
En tu día a día, ¿piensas a largo plazo? ¿Piensas en trabajar las debilidades internas (barritas energéticas, protecciones) y en prepararte frente las amenazas externas (abrigo, protector solar)? ¿O bien consideras que tu rendimiento es siempre el mismo, independientemente de las circunstancias?
A mi entender, sólo hay una forma de asegurar maximizar tu rendimiento, y es trabajar para neutralizar/reducir los factores que lo disminuyen.
No es posible rendir a tope si no te cuidas ni te dedicas tiempo a ti mismo.
6. Mejor en grupo
Existen multitud de razones, la mayoría terriblemente obvias, por las que el viaje resulta más entretenido y más divertido si se realiza en grupo a si se realiza en soledad.
Cuando estás en un grupo sano (dícese del grupo donde no existe agresividad manifiesta o contenida entre los miembros del grupo, donde hay confianza bien entendida, y donde el objetivo de los miembros está alineado con el objetivo colectivo), las fortalezas se multiplican, y las debilidades se compensan. El todo es muchísimo mayor que la suma de las partes individuales.
Sin embargo, no es bueno pensar en el grupo en términos de dependencia. A mí personalmente me encanta dedicar algunas tardes del viaje a recorrer laderas en solitario, porque me apetece ir exactamente a mi ritmo (sin verse influido por otras personas que van más rápido o más despacio), y porque es una oportunidad magnífica para reflexionar en movimiento. Lo curioso es que cuando retorno al grupo, valoro muchísimo más su presencia.
John Donne escribió una vez «Ningún hombre es una isla, algo completo en sí mismo». Y este aspecto social del ser humano puede servirnos para crecer, si buscamos/creamos/invertimos en un grupo sano, que no coarte nuestra individualidad, que impulse nuestras fortalezas y compense nuestras debilidades, más allá de nuestro esfuerzo personal y cotidiano.